Cuentos para jugar en el II Salón del Libro Infantil y Juvenil de Salamanca
Cuentos para jugar es una actividad de directo en internet, en la que varias aulas se encuentran con los Vendedores de SAL, de La SAL: Carioca, Fernando Saldaña, Josetxu Morán y Raúl Vacas.
Cuentos para jugar son dos propuestas diferentes, según edades. Comparten esquema, pero los contenidos varían para adaptarse a las necesidades de cada grupo.
En Cuentos para jugar se presentan los vendedores, hablan un poco del II Salón del libro infantil y juvenil de Salamanca, comentan algunas cosas sobre La SAL, y explican quién fue Gianni Rodari. Después, empiezan a divertirse y a jugar.
Se representa una de las historias recogida en el libro Cuentos para jugar.
Para el primer internivel de Primaria (de primero a tercero) elegimos “El flautista y los automóviles”, una historia en la que un flautista, como el de Hammelín, se lleva detrás todos los coches que invadían la ciudad.
El segundo internivel (de cuarto a sexto) asiste a la adaptación del cuento “Cuando en Milán llovieron sombreros”. Mientras el escenario se llena de chisteras, boinas, pamelas, salatots, gorros de Papá Noel, y otros muchos accesorios para la cabeza, los habitantes disfrutan, juegan, se los llevan… Es que no es normal que lluevan sombreros sobre una ciudad.
En su libro, el pedagogo italiano propuso tres finales diferentes para cada historia. Nosotras, nosotros, que no queríamos ser menos, hemos inventado cuatro finales, uno cada vendedor o vendedora de sal. Y los contamos, a la vez que invitamos a los espectadores a imaginar cuál sería su propuesta.
Ya que hablamos de propuestas, basándonos en las directrices del escritor, proponemos juegos diferentes partiendo de libros, cuentos e historias… Que si aprovechar los errores, que si mezclar o cambiar letras, que si contarlos sin palabras, que si jugar con versos. Es que leer invita a jugar.
El público habla, juega, opina… Participa. Que, a pesar de la distancia, queremos sentirlo a nuestro lado, como si estuviésemos en un escenario, como si estuvieran en las butacas de un teatro.
En Cuentos para jugar, puedes encontrar canciones, poesías, magia, mimo. Puedes notar que faltan sílabas en los finales de los versos, que las vocales se sustituyen unas por otras… O que a algunas palabras se les escapa la letra H, y no veas qué problema cuando se pierde una H de la palabra Churro, y te toca ir a trabajar, o cuando se pierde la H de la palabra Chulo.
Cuentos para jugar es eso: cuentos para jugar y jugar, y jugar… Y jugar.